Para las protagonistas de esta historia de superación, fue vital el apoyo familiar durante el tratamiento y el proceso de superación.
Marta tiene actualmente 57 años. Cuenta que con 22 años se vive de manera muy ambivalente, de niña a mujer, de ilusiones a miedos, un lio sin tiempo para digerir y con una buena dosis de rebeldía. Seguramente esa rebeldía y las personas que acompañaron con sus cuidados, le enseñaron mucho de lo que hoy continúa haciendo en su vida: “cuidar”.
Begoña que tiene 55 años. Cuando le diagnosticaron a los 38 años, solo podía pensar en sus tres hijos muy pequeños. Eso le llevó a apoyarse en los demás y no aislarse. Si ellos estaban bien y organizados, ella estaba más tranquila.